viernes, 14 de septiembre de 2012

Un camino a compartir

♥ juntos ♥
"...tiene que haber una nueva forma de mirar al futuro, y es que todos somos humanos y que somos la misma especie, en un frágil pequeño planeta. Estamos todos juntos en esto, y tenemos que trabajar juntos ... crisis están forzándonos a convertirnos en una especie planetaria... Una nueva conciencia está desarrollándose que ve a la Tierra como un sólo organismo, y reconoce que un organismo en guerra con sí mismo está condenado..."
"...somos capaces de usar nuestra compasión y nuestra inteligencia, nuestra tecnología y nuestra riqueza para hacer una vida abundante y significativa para cada habitante de este planeta, para avanzar enormemente en nuestro entendimiento del Universo, Y PARA LLEVARNOS HACIA LAS ESTRELLAS"
"...las fronteras nacionales no son evidentes cuando miramos a la Tierra desde el espacio..."

Carl Sagan - Zeitgeist

jueves, 6 de septiembre de 2012

¿Qué me estás diciendo...?




Fritz Perls dijo una vez: “Mientras combatas un síntoma, éste se agravará. Cuando asumas la responsabilidad por lo que te estás haciendo a ti mismo, por la forma como provocas tus propios síntomas, por la manera como originas tus propias enfermedades y moldeas tu propia existencia –en cuanto te pongas en contacto contigo mismo-, empezará tu verdadero crecimiento y tu integración”. 

Una pensaría que lo "normal" debería ser que, como seres racionales, al enfrentarnos a algo impertinente o doloroso, hiciésemos lo que estuviese a nuestro alcance para cambiar dicha situación, o al menos para compensarla en caso de no poder resolverla de forma inmediata... ¿No?

Pienso que de momento, podríamos dejar la queja y el lamento de lado -de esos que sólo nos llevan a la inactividad, a la pasividad, a la comodidad del “mira qué mal que estoy” sin hacer nada al respecto- y preguntarnos: “¿Qué me está diciendo está situación?” “¿Qué me está diciendo esta enfermedad?” o “¿Qué me está diciendo este “accidente”?”. Quizás así podamos sacar algunas respuestas interesantes, que incluso nos ayuden a entender como recuperarnos o salir de una situación indeseada…

Think about it

martes, 4 de septiembre de 2012

Press Start



Doy inicio al blog. Por muchas "entradas" más. Salud!!
I was a prisoner inside my own mind. I was my own daemons. And the most curious thing was that, I was completely aware of it…
 
Desde temprana edad somaticé en mi organismo/cuerpo TODO lo que vivía internamente en mi mente. Y desde chica fui siempre muy aprehensiva y autoreprimida, guardando todo en ese nudo que se forma en la garganta que años tras año crecía más y más. Y al ser además un ser muy sensible, y como suelo decir, muy “parabólica” de todo lo que rondaba cerca de mi, todo este encierro se expresaba en mi salud. Muy predispuesta a todo tipo de infecciones, mis defensas no parecían bancar nada que se les plantase delante, y sufrí de trastornos físicos medianamente severos a muy temprana edad. 

Pero fue gracias a esto, gracias a mi sensibilidad, gracias a que me sucedió a temprana edad, que pude reflexionar sobre lo que me pasaba. Pude salir de la frustración, del dolor en que estaba inmersa y mirar desde fuera. Y pude ver que gran parte de lo que me estaba sucediendo era causado por mi propia actitud, yo misma estaba enfermándo-me. Estaba sometiendo a mi organismo a angustias y estrés causados por fantasmas que vivían simplemente en mi cabeza. Y eso afectaba directamente a mi cuerpo, a mis órganos, mi sistema respiratorio, digestivo, urinario, la tríada de trastornos físicos característica que la medicina china relaciona directamente con cierto tipo de personalidad del tipo introvertida, y sobre todo reprimida. Personas que se guardan todo dentro. Y acumulan indefinidamente. ¿Qué bueno puede salir de acumular lo negativo, de acumular esa inseguridad y esos miedos dentro de uno? ¿Qué cuerpo puede aguantar eso por mucho tiempo?

A veces viajo con algunas de las visiones (que por suerte están comenzando a cambiar lentamente) de la medicina occidental, visiones tan sintomáticas y segmentadas de la salud. Donde no somos un cuerpo y mente y ser en comunidad, un todo holístico y complejo, atravesado por infinitas variables, sino que somos “un hígado enfermo”, “un músculo lesionado” o “un esquizofrénico con delirios paranoides”.  Experimenté en mi misma la prueba de esto. Yo misma me estaba enfermando, al reprimir de esa manera mi propio ser, me encontraba encadenada, y la medicina occidental no supo casi que ayudarme, porque me trataba los síntomas, sin mirar las causas, sin verme como un todo.

Y vino un punto en que, luego de un largo proceso de concientización, llegué a la realización de que debía dejarme de pavadas y encarar, porque si yo no me cuidaba, respetaba y no creía en mi misma, nadie iba a hacerlo por mí. Decidí enfrentar esos demonios que tanto me acechaban, o sea, enfrentarme cara a cara conmigo misma. Entrar a la oscuridad sin linterna, abrir la caja de pandora sin miedos, y con confianza de que iba a salir del otro lado renovada, de que en el camino iba a saber encontrar y crear las herramientas que necesitase para atravesar ese proceso de autoanálisis e insight que tanto necesitaba para mejorar mi salud física y mental, mi relacionamiento conmigo misma y por ende y como consecuencia, mi relacionamiento con los demás. 

Me lo tomé como un desafío, como uno de los primeros desafíos que iba a tener que enfrentar si quería superarme a mi misma como ser, como hija, como amiga, como compañera, como mujer, como Ale. Y no, no fue fácil. Fue difícil, llevó su tiempo, requirió paciencia, atravesé momentos de frustración, de caer en viejas rutinas sin darme cuenta, “tropezar con la misma piedra” como dicen. Pero también, cuando quise ver, era otra Ale. Era Ale, la misma Ale de siempre, pero a su vez era otra, más abierta, flexible, despejada. Lista para enfrentar el resto de los desafíos que la vida me deparase, esta vez fortalecida. Y después de todo, aquello que viene fácil en la vida seguramente no valía tanto la pena. Es aquello que cuesta lo que va a ser más gratificante, y si sabemos aprovecharlo, lo que nos va a dejar los aprendizajes más valiosos.

Es curioso como siempre hablamos de las cadenas externas, de los condicionamientos del entorno en el que estamos, de la represión y control sociales. Pero poco se habla de las cadenas a las que nosotros mismos nos atamos, más que cadenas a veces inclusive anclas. Y son quizás estas últimas las que son más difíciles de romper. 

Agradezco haber tenido esa temprana y aparente "debilidad" física, que hizo que mi cuerpo siempre se quejase o reaccionase frente a aquello insano que provenía de mi interior y del exterior. De no haber sido así, quizás me hubiese quedado en la comodidad del "no sentir", no hubiese sentido la necesidad de cambiar aquello que me producía malestar, y no hubiese asumido la respondabilidad sobre mi propio bienestar.

Mi reflexión a partir de mi experiencia personal: embrace la angustia. Es necesaria. Si sabes usarla a tu favor, te servirá de drive en tu viaje personal. Confía en ti mismo, en que vas a tener las herramientas para salir de (o sobrellevar) las situaciones en las que te encuentres, y que si no sale a la primera, no importa, que lleva su tiempo y que quizás inclusive ese tiempo no sea ahora, pero si más adelante. Recuerda que el simple hecho de auto cuestionarse e intentar superarse a uno mismo ya es un paso gigantesco en esa dirección de crecimiento. 

Anímate a ir a tu pozo, a abrir esa caja de pandora, a mirar en los ojos de tu ser interno, ese que solo tú conoces y solo tú vas a conocer siempre. Re-conócelo, y de ser necesario, re-defínelo. Nada es estático, somos seres en movimiento, en constante cambio, anímate a dar ese paso al “aparente” vacío, y confía que vas a tener las herramientas para salir adelante. Rodéate de aquellas personas genuinas que espontáneamente te quieran acompañar en tu viaje, y apóyate en ellos cuando lo necesites. Que alguien te ayude no significa que fallaste, sino que no estás en el ruedo solo. Arriba!