Te invito a leer mis reflexiones...
Noté hace unos meses, a la vuelta de viajar/cantar por el vecino Brasil,
que el artista se valora de forma muy diferente en un país y otro. Y
yendo un poco más hondo en la temática...
Desde
mi experiencia personal, en Uruguay hay una cantidad significativa de
músicos y/o aspirantes a la música. Sin embargo, el valor o
“crédito” que culturalmente se le da a aquel que quiere
perseguir la música como forma de sustento no sería proporcional a
lo anterior. ¿Por qué?
El
imaginario colectivo, ese espacio de representaciones compartidas,
encasillaría a aquellos que son o quieren ser "sólo"
músicos como:
- vagos.
- utópicos.
- personas sin ambiciones reales.
- personas poco comprometidas: “Todo lo dejan por la mitad”.
- masoquistas: “¡Lo que tendrías que luchar!”
- personas que viven en la irrealidad: “Es un capricho, un hobby que no da de comer”... etc.
¿Suena
familiar?
Últimas
noticias: aparentemente personas con este tipo de características se
podrían encontrar en todos los ámbitos, y ningún ámbito tendría
exclusividad sobre las mismas. ¡Quién lo diría eh!
Fuera
de joda. No niego que existan iniciativas y personas que pretendan
dar más lugar a la cultura y a extender oportunidades (que
lamentablemente no siempre logran cubrir mucho terreno), pero éstas
no serían suficientes. Porque habría concepciones muy arraigadas
que se estarían poniendo en el camino. Y no hay que irse tan lejos
para ver que se puede tomar otra perspectiva en el asunto. Cuando se
cruza la “frontera”, las demostraciones de respeto y apreciación
por el esfuerzo que el músico dedica en su expresión serían moneda
corriente, algo que no se cuestiona. Se toma al artista como un
capital humano valiosísimo, y por ésta razón se le dan las
oportunidades y votos de confianza necesarios para que pueda
desarrollar su potencial al máximo. Sin embargo, este trato asombra
al que viene de otra realidad.
Entonces
me han surgido algunas preguntas:
-
¿Qué desarrollo expresivo de calidad y corazón se puede pretender
cuando éste se encontraría limitado en oportunidades, o encasillado
en estereotipos?
-
Si la idea es lineal: “un músico=un vago”, ¿no será eso lo que
se termina creyendo/creando?
-
Con tantos aspirantes musicales en Uruguay, pero no tantas palabras
de aliento... ¿No estaremos desperdiciando una riqueza artística
que parece florecer tan naturalmente (a pesar de un suelo a veces
árido), pero que no encuentra abono en su propia tierra?
Y
esto me trae al siguiente punto, que fue la idea inicial que me llevó
a escribir esto. A todos aquellos músicos o artistas de toda índole
(uruguayos o no) que:
-
se disponen a dedicar toda su energía, esfuerzo, preparación,
formación profesional-técnica y creatividad para sacar adelante sus
proyectos y compartir su pasión;
-
tienen el coraje de largarse aunque no existan certezas
...a
pesar de no siempre navegar viento en popa o con las mejores
condiciones para salir adelante (la del palito en la rueda o la de la
lucha perpetua)
A
ustedes, MUCHO RESPETO.
Éstos
deberían ser admirados y tomados como ejemplo de determinación,
paciencia y perseverancia, que parecerían ser también cualidades
útiles para la vida. Y si la idea a transmitir y desarrollar pudiera
ser “un artista=un ejemplo a seguir”, ¿qué tipos de expresiones
podrían emerger de allí? Más aún, ¿encontraría límites el
desarrollo creativo personal y colectivo? Quizás no tantos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario