viernes, 20 de noviembre de 2015

Clamoring Colective Insight / Clamando por una Visión Colectiva

Estos últimos días me he sentido muy abrumada de indignación, impotencia y la frustración que ésta genera… Ver cómo se desenvuelven los hechos alrededor del globo… Veo con incredulidad a los medios de comunicación internacionales manipulando la información… Veo a los grandes medios presentando las noticias de tal manera que el occidente vea como necesaria y justificada una guerra en oriente… Nada nuevo, pero ahora… ¿Es posible realmente que se esté consolidando para quedarse una 3era guerra mundial?
Por mucho tiempo decidí alejarme de las noticias en TV (de canales locales o internacionales) por su carácter claramente manipulado y aberrante… Pero desconectar por completo lo que pasa en el mundo tampoco es la respuesta. Es necesario saber qué sucede realmente, qué decisiones se toman en nombre de la población sin que ésta tenga decir al respecto, en nombre de “la democracia”.
Vivimos en la paradoja de la era de las comunicaciones. Tenemos todas las herramientas para encontrarnos informados, formados y educados y sin embargo estamos muy lejos de ello. No sólo eso, sino que a veces hasta la sobrecarga de información hace que no sepamos qué hacer con ella o cómo usarla… He ahí parte de mi impotencia. ¿Qué hago con toda esta información que he leído y visto? Artículos, videos, entrevistas. No quiero caer en el compartir superficial de Facebook, donde la tristeza y empatía empiezan y terminan allí dentro…

En relación a los hechos recientes: ¿por qué realizar una cobertura tan extensiva de los atentados realizados en París (occidente) y ofrecer un silencio tan aturdidor sobre las muertes también civiles e inocentes que se vienen dando en muchos otros sitios del planeta (no occidentales) y de forma casi diaria…? 1 En Beirut el día antes a París murieron tras una serie de atentados de la misma índole otro tanto de civiles. “¿Por qué algunas muertes merecen más atención que otras?” dijeron las mujeres de Beirut luego de ver la cobertura que los medios realizaron de París y que no realizaron de sus víctimas, ambas asumidas por los mismos perpetuadores, pero sólo una de ellas receptora de la compasión, solidaridad y lágrimas del mundo entero:
"Cuando mis personas murieron, ningún país se molestó en iluminar sus puntos de referencia con los colores de mi bandera", escribió en su blog Fares Elie, un médico libanés. "Cuando mis personas murieron, ellos no pusieron al mundo en duelo. Su muerte no era más que "una mancha irrelevante a lo largo del ciclo de noticias internacionales, algo que ocurre en aquellas partes del mundo.” (Fuente NYTimes).
Luego del atentado en París, Francia ha bombardeado extensivamente a Siria en represalia, armándose con el apoyo mundial que occidente le ofrece con su indignada solidaridad. Sólo en ese país, los conflictos armados, la guerra, (a manos de TODOS los bandos involucrados, orientales Y occidentales) se han cobrado la vida de más de 11.000, ONCE MIL niños desde el 2011 (según informe realizado por Oxford Research Group). ¿Cuántos civiles inocentes tienen que morir para que se vuelva evidente a los ojos del mundo que la violencia con violencia no es el camino? “OJO POR OJO Y EL MUNDO QUEDARÁ CIEGO” (M. Gandhi).

Combatir odio con odio y violencia con violencia nunca probó ser una estrategia efectiva o eficiente. Solo ha generado siempre más violencia y más odio, más represalias, más atentados que se responden con más bombardeos y que se responden con más atentados, hacia un lado y hacia otro. Pero se sigue usando. ¿Por qué? Porque claramente esa no es la verdadera guerra que se pelea. No hay malos y buenos como en las películas, y los “malos” no se vuelven “malos” de una noche a la mañana y porque sí, “¡porque están locos!” o “porque son extremistas”. Detrás de cada evento histórico hay décadas si no siglos de historia de pugnas de poder y estrategias geopolíticas e intervencionismo que se van desenvolviendo en disputas sociales, guerras civiles, divisiones de bandos, y violencia y muerte como común denominador. La historia se repite: la guerra la pelean, la sufren y la mueren hombres, mujeres y niños, en nombre de intereses de poder, territorio y recursos de otros que se mantienen fuera de foco, disfrazados como “democracia” y justificados por los medios.

El mundo precisa de más individuos y colectivos con conciencia planetaria. Que cada rincón del planeta que esté en llamas nos arda igual que si fuera el tuyo propio. Porque lo es. Creo que la imagen de Quino lo ilustra muy claro. Las fronteras son divisiones ilusorias, porque somos una sola comunidad humana, que más tarde o más temprano, sufre las consecuencias de sus excesos de forma unida.

Stevie Wonder – As: “We all know sometimes lifes hates and troubles, 
can make you wish you were born in another time and space. 
But you can bet you life times that and twice its double, 
that God knew exactly where he wanted you to be placed. 
So make sure when you say you're in it but not of it, 
you're not helping to make this earth a place sometimes called Hell. 
Change your words into truths and then change that truth into love. 
And maybe our children's grandchildren, and their great-great grandchildren 
will tell, I'll be loving you”. https://www.youtube.com/watch?v=KWhMyOs0pCQ

1Luego de escribir esto, me encontré con este artículo que prácticamente da una clase de periodismo donde explica, desde la perspectiva periodística, por qué esto se da así. http://www.enperspectiva.net/blogs/por-que-es-mas-noticia-una-matanza-en-paris-que-otra-en-beirut/


domingo, 2 de agosto de 2015

En el día fuera del tiempo

Los mayas crearon un calendario que medía un giro al sol en 365 días, divididos en 13 lunas (meses) de 28 días cada uno, y UN día adicional denominado día verde, día que corregiría la alteración producida por el 29 de febrero en nuestro calendario gregoriano actual. Midiéndolo desde éste último, el año maya se extendería de julio a julio, específicamente desde el 26/7 al 24/7 del año siguiente. Es entonces que el 25/7 es un día que queda y que llaman “fuera del tiempo”. Los mayas utilizaban este día para la purificación del espíritu, para meditar, reflexionar, y sobre todo para preparar el alma para el siguiente año. Si bien no me considero especial seguidora o creyente de las tradiciones de esta civilización, hoy tomo este oportuno simbolismo que apareció en nuestro camino, ya que me dio una comprensión más profunda y le ofreció otro significado a los eventos que se desarrollaron en estos días.

Luego de cuatro fugaces e intensos días, mi querida abuela nos permitió preparar nuestras almas este 25/7 y nos observó despedirnos este 26/7.


Debería existir una norma cósmico-universal que no permitiese que ciertas llamas se extinguiesen de formas tan innecesariamente miserables. Cuando una vive la impotencia de ver a alguien amado ser tan descuidado en sus últimos momentos, no puede evitar sentir una gran indignación. Especialmente alguien que cuidó incondicionalmente a todo y todos, toda su vida. Fue esa indignación la que me llevó en un inicio a preguntarme y azorarme sobre por qué continuamos eligiendo perpetuar un estilo de vida tan lejano a nuestra potencialidad empática. Como comunidad humana, pareceríamos encontrarnos envueltos en tantas nimiedades burocráticas, que no hacen más que alejarnos diariamente de explorar (en todo su esplendor) el regalo de la vida que hemos recibido. Que nos mantienen pre-ocupados. Que no nos permiten plantar felicidad. Que aprisionan a nuestros niños y abandonan a nuestros viejos. Y que nos enferman a todos.

Si se reflexiona en términos de tiempo y forma, considero que el tiempo en que alguien se va de este plano material simplemente ES, no tendría sentido pelearse con el tiempo. Sin embargo, creo que la forma en la que uno se va si puede ser más o menos cuidada. En este caso, por razones que escaparon a todos nuestros esfuerzos y nos llenaron de impotencia, la forma en que ella vivió sus últimos días fue completamente descuidada.
Sin embargo, y a pesar de todo, la indignación pasa… El enojo pasa…
Porque si se mira con cierto detenimiento, se logra ver que la vida es sabia. Que la forma no fue la merecida, pero que el tiempo se encargó de que ésta no se prolongara más de lo necesario. El tiempo se encargó de que ella no sufriera ni se perdiera a sí misma en el proceso. Recordándonos en la marcha que si ella se negó a vivir aquel estilo de vida que mencionaba anteriormente, hasta su último suspiro, nosotros también podemos. Cuando nadie más lo hizo, el tiempo se encargó de cuidarla. ¿Qué otra opción nos queda allí que no sea aceptación amorosa?


La persona más significativa de mi vida siguió camino ese domingo. Enfrentándome no solo a la primera experiencia de pérdida de mi vida, sino a una pérdida de tal magnitud...

Algo que sólo podía suceder en un día fuera del tiempo.

Volvió a su Dios, a la conciencia colectiva, a la trama universal, al TODO. Y que afortunado el tejido galáctico de haberte recibido, de que hayas vuelto al origen, de haber recibido tal inyección de genialidad, de amor incondicional, de pureza de corazón, de inocencia, de asombro infantil y de pasión por la vida y por todo lo VIVO. Porque tú fuiste todo eso, y en todas las vidas que tocaste en tu recorrido por este mundo, dejaste una impronta única y clara.

Me enseñaste lo que es el amor incondicional. La entrega y el cuidado. Fui absolutamente privilegiada de haber sido tu nieta, de haber recibido tu cariño y de que me hayas permitido ofrecerte mi contención. Afortunada de haber experimentado un vínculo tan profundo y complejo, que sólo nosotras sabíamos comprender.

Me abraza una sensación cálida al recordar que nuestras últimas conversaciones, casi inadvertidamente, no fueron triviales sino sumamente trascendentales, sobre nuestro vínculo y sobre la vida. En ellas compartimos música; hablamos de dejar que el tiempo cure, y que el alma tenga la misma edad que la edad del cielo; nos propusimos convocar la CALMA.

Cuando ya no estuviste consciente y comprendí que estabas por partir, no pude hacer otra cosa que hacerte saber que te apoyaría en el camino que eligieras, cualquiera fuera éste. Y cuando llegó el momento, no pude hacer otra cosa que dejarte ir, no sin antes asegurarme de decir todo lo que quería que supieras. Si bien ya no estabas en ese cuerpo, se que desde algún lugar lo supiste escuchar y recibir.

...

Ahora nos toca aprender a vivir con el dolor, hasta que éste pase de ser ESO que está allí con nosotros permanentemente, a ser ESE ALGO MÁS que sigue allí, pero que aprendió a convivir con todo lo otro que viaja con nosotros también, en equilibrio.
Debemos aprender a navegar estas nuevas aguas en familia, aunque no sepamos aún cómo. Todos lidiamos con la pérdida a nuestra manera, tendremos que aprender a amoldarnos y salir adelante juntos.

La abu, mi 'superabu' como yo te llamaba, es eterna. Está en todo y en todos los que la quisimos. Ahora nos deja la enseñanza más compleja: aprender a vivir en su ausencia. ¿Cómo hacer eso? Supongo que… aprendiendo a reconocer su presencia en su ausencia.
Leí por ahí que el dolor demanda ser sentido… pues, bienvenido dolor...

Te quiero mucho, te adoro y te amo. Nos vemos en mis sueños.

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De entre las nuevas vivencias que ésta pérdida me ha ofrecido, hoy destacaría una de ellas: todos reaccionamos y nos relacionamos diferente ante la muerte. Estos días he recibido muchas expresiones de pésame, y en éstas he notado dos modalidades.
Por un lado, me encontré con aquellos que se muestran invadidos por la incomodidad de no saber qué decir. Algunos ofrecen un rápido pésame y huyen de la situación. Otros intentan ofrecer consuelo, pero irónicamente terminan siendo consolados por una misma. Y otros, quizás desde una incapacidad de conectar con lo que la muerte remueve en ellos y al encontrarse cara a cara con el duelo del otro, acuden a ofrecer lo que he denominado como “consejos no solicitados” (y generalmente no ajustados a lo que una está viviendo). Éstas personas ofrecen un largo monólogo, cargado de su propia afectividad, donde aconsejan cómo manejar el dolor, el duelo y la pérdida, pero sin escucharte realmente. Quizás algunos de sus consejos sean casualmente acertados, pero generalmente éste no es el caso.
Entonces, si puedo devolver algo hacia afuera, y comprendiendo que todos los que se acercan lo hacen desde un interés de ayudar y ofrecer consuelo, termine siendo éste ajustado o no, ofreceré yo hoy un “consejo no solicitado”.

Escucha. Si primero no escuchas qué está sintiendo el otro, cómo está viviendo su pérdida o qué significa ésta para éste, es muy difícil que puedas ofrecerle palabras de consuelo o consejos ajustados a lo que está necesitando en ese momento. Por más buena intención que poseas.

Es entonces que también me tomo un momento para agradecer a la familia de sangre y la familia de amigos, que en momentos como éste han sabido acompañar desde el corazón, la escucha y/o simplemente el silencio. Gracias por escuchar, abrazar, por preguntar “cómo te apoyo”, por darme la oportunidad de pedir lo que necesito y por ofrecer esas palabras tan acertadas que realmente necesitaba recibir. Esa unidad no se puede comprar, inventar ni forzar.



Música que ha sabido acompañado muy bien:
https://youtu.be/qy5Xo7HLlw0 – Hiatus Kaiyote: Tawk Tomahawk

Música que me ofrecieron:
https://youtu.be/2pr4GYQbHLI - Tool: Wings for Marie (Part 2)

miércoles, 15 de abril de 2015

Ser músico en Uruguay

Te invito a leer mis reflexiones...
Noté hace unos meses, a la vuelta de viajar/cantar por el vecino Brasil, que el artista se valora de forma muy diferente en un país y otro. Y yendo un poco más hondo en la temática...
Desde mi experiencia personal, en Uruguay hay una cantidad significativa de músicos y/o aspirantes a la música. Sin embargo, el valor o “crédito” que culturalmente se le da a aquel que quiere perseguir la música como forma de sustento no sería proporcional a lo anterior. ¿Por qué?
El imaginario colectivo, ese espacio de representaciones compartidas, encasillaría a aquellos que son o quieren ser "sólo" músicos como:
  • vagos.
  • utópicos.
  • personas sin ambiciones reales.
  • personas poco comprometidas: “Todo lo dejan por la mitad”.
  • masoquistas: “¡Lo que tendrías que luchar!”
  • personas que viven en la irrealidad: “Es un capricho, un hobby que no da de comer”... etc.
¿Suena familiar?

Últimas noticias: aparentemente personas con este tipo de características se podrían encontrar en todos los ámbitos, y ningún ámbito tendría exclusividad sobre las mismas. ¡Quién lo diría eh!

Fuera de joda. No niego que existan iniciativas y personas que pretendan dar más lugar a la cultura y a extender oportunidades (que lamentablemente no siempre logran cubrir mucho terreno), pero éstas no serían suficientes. Porque habría concepciones muy arraigadas que se estarían poniendo en el camino. Y no hay que irse tan lejos para ver que se puede tomar otra perspectiva en el asunto. Cuando se cruza la “frontera”, las demostraciones de respeto y apreciación por el esfuerzo que el músico dedica en su expresión serían moneda corriente, algo que no se cuestiona. Se toma al artista como un capital humano valiosísimo, y por ésta razón se le dan las oportunidades y votos de confianza necesarios para que pueda desarrollar su potencial al máximo. Sin embargo, este trato asombra al que viene de otra realidad.

Entonces me han surgido algunas preguntas:
- ¿Qué desarrollo expresivo de calidad y corazón se puede pretender cuando éste se encontraría limitado en oportunidades, o encasillado en estereotipos?
- Si la idea es lineal: “un músico=un vago”, ¿no será eso lo que se termina creyendo/creando?
- Con tantos aspirantes musicales en Uruguay, pero no tantas palabras de aliento... ¿No estaremos desperdiciando una riqueza artística que parece florecer tan naturalmente (a pesar de un suelo a veces árido), pero que no encuentra abono en su propia tierra?

Y esto me trae al siguiente punto, que fue la idea inicial que me llevó a escribir esto. A todos aquellos músicos o artistas de toda índole (uruguayos o no) que:
- se disponen a dedicar toda su energía, esfuerzo, preparación, formación profesional-técnica y creatividad para sacar adelante sus proyectos y compartir su pasión;
- tienen el coraje de largarse aunque no existan certezas
...a pesar de no siempre navegar viento en popa o con las mejores condiciones para salir adelante (la del palito en la rueda o la de la lucha perpetua)
A ustedes, MUCHO RESPETO.

Éstos deberían ser admirados y tomados como ejemplo de determinación, paciencia y perseverancia, que parecerían ser también cualidades útiles para la vida. Y si la idea a transmitir y desarrollar pudiera ser “un artista=un ejemplo a seguir”, ¿qué tipos de expresiones podrían emerger de allí? Más aún, ¿encontraría límites el desarrollo creativo personal y colectivo? Quizás no tantos.

lunes, 14 de abril de 2014

No regrets...

Saber tomar lo bueno de la vida.
Aunque haya sido fugaz lo compartido, lo esencial es poder quedarse con aquellos fragmentos que sí fueron nutritivos y llenos de amor. 
Éstos nos llenarán de coraje, determinación y motivación para seguir procurando encontrar y/o generar conexiones genuinas, ya que si estamos abiert@s a ellas, podremos tenerlas en abundancia a lo largo de nuestra también fugaz existencia en este planeta.

“Regrets are a waste of time. They are the past crippling you in the present”
“Los arrepentimientos son una pérdida de tiempo. Son el pasado incapacitándote en el presente”. 
Federico Fellini (1920-1993)


Música que acompañó:

 

jueves, 6 de febrero de 2014

Jugatelá

Hace poco decidí abrir mi corazón. Confiar. Suena cholulísimo, lo sé, but stick with me!
Una amiga me dio un consejo, yo estaba en mi ya habitual nube de incertidumbre. Ella dijo algo sensato, simple, pero extraña y sencillamente iluminador, de esas cosas que llegan en el momento justo, esos consejos que prácticamente estabas dándote a ti misma, pero hasta que otro no lo verbaliza en el momento exacto en que estás abierta a escucharlo (y escucharte), no te “entra”. Me dijo que tomara UNA de esas tantas opciones que me tenían abrumada, y en duda constante, (hablo de decisiones que abarcaban diversos ámbitos de mi vida) y que mutara con ella, que me colgara, que la abriera y descubriera hasta donde podía llegar. En un principio noté el carácter obvio de la afirmación, pero la rechacé levemente, ya que implicaba JUGÁRMELA por algo, con los riesgos que eso conlleva, y las pérdidas que implica. JEJEJE
Pero a medida que pasaron los días y semanas, me permití considerar la opción, dejarla abierta a debate. Y fui, casi inadvertidamente, tomando ciertas actitudes y decisiones que me fueron dirigiendo en un camino de ida hacia el país de las infinitas posibilidades. Jaja, joda, le di color, pero sí el de los buenos resultados. :)
Y como siempre, me cuestioné ciertas actitudes que venía viendo en mi (y amigos, ya que parece ser un mal generalizado, jeje), en donde me encontraba hermética a conocer en profundidad a alguna de las tantas posibilidades, y transformarla en algo mas, por miedo y otras yerbas. También notaba, particularmente en un amigo, un intento de encasillar toda situación en una etiqueta, que implicaba vaticinar de antemano qué iba a suceder con determinado suceso. “Uh, cada vez que sucede algo como esto (bueno), siempre queda por esa, no evoluciona, o me alejo yo o se alejan”. Supe que dejar de darle esa linealidad a los hechos, de siempre asumir que A causará B, tenía que ser el paso N° 1. De lo contrario, eso llevaría paulatina y peligrosamente a la incapacidad de amar. Sí, ahora estoy hablando puntualmente del amor.

Y finalmente pude decir algo con propiedad, y no sólo comprendiendo que eso era así, sino sintiéndome capaz de ponerlo en práctica: cuando así se siente, puede ser positivo probar en confiar en alguien, que ese alguien confíe en una, ceder frente a otro inclusive cuando no se comparte TODO, ya que después de todo, así es la vida real. Decidí agarrar una de todas las pelotas en el aire, y empezar a mutar con esa, descubrir hasta donde podía llegar, también para probarme a mi misma que era/soy capaz de abrirme y entregarme a otro, asumiendo las ventajas y los riesgos que eso supone.

Conectar más allá de lo que haya pasado ayer, o pueda pasar mañana, sino compartiendo en el HOY. Y este último principio se aplica a varias situaciones de esas que nos generan ansiedad (pareja, exámenes, trabajo, proyectos, etc). Y no pretendo banalizar la importancia de una cierta consideración al tiempo que está por venir, no hablo de actuar desinteresada, impulsiva e imprudentemente hoy, sin pensar en las consecuencias. Eso dicho, sí considero que por más tangibles que sean los miedos o proyecciones a futuro -un examen muy importante, un viaje inminente que te “impediría” desarrollar una relación con alguien, decisiones de vida que implicarían cambios donde mucho está en juego, etc.- todo ello está, irremediablemente, en un mañana que, después de todo, AÚN NO EXISTE. Realmente, dejarnos sobrepasar por la ansiedad que nos genera una posible consecuencia o desenlace de eventos que aún no sucedieron es un gasto de tiempo y salud mental. Más aún, el dejar de experimentar vivencias que nos llenarían en el HOY, por miedo a qué pueda ser de ellas en el MAÑANA es ilógico.

Por ende, mi conclusión por ahora (sujeta a modificaciones, jeje) es: a jugársela, confiar, fluir con las situaciones, y tomar una postura pro activa frente a nuestras vidas; creer en el poder que sí tenemos de moldearlas a nuestro parecer. Cómo compartió una amiga hace poco: “No debes preocuparte por la intensidad del esfuerzo que realizas, sino en la persistencia del mismo”. Vamo' arriba, que siempre quedan muchas chances aún de salirse un pasito más fuera de nuestra zona de confort.

Peace, love, n' out.
A.-

Cierro con esta cita traducida, incluída su fuente al final:
C. S. Lewis en "The Four Loves"
"No hay inversión segura. Amar en absoluto es ser vulnerable. Ama cualquier cosa, y tu corazón sin duda se exprimirá y posiblemente se romperá. Si desea asegurarse de mantenerlo intacto, usted debe dar su corazón a nadie, ni siquiera a un animal. Envuélvalo con cuidado, rodeado con pasatiempos y pequeños lujos, evite todos los enredos; enciérrelo con seguridad en el cofre o ataúd de su egoísmo. Pero en ese ataúd - seguro, oscuro, inmóvil, sin aire – éste cambiará. No va a ser roto, pero se convertirá en irrompible, impenetrable, irredimible. La alternativa a la tragedia, o al menos al riesgo de tragedia, es la condenación. El único lugar fuera del cielo donde se puede estar perfectamente a salvo de todos los peligros y perturbaciones del amor es el infierno."
Fuente: "¿Qué es el amor? Definiciones famosas en 200 años de la historia de la Literatura"
http://www.brainpickings.org/index.php/2013/01/01/what-is-love/

domingo, 14 de julio de 2013

World of Contradiction

Sí, a veces escribo en inglés. Aquí dejo algo del pasado lunes...
If you think about it, we live in such a small puny little planet on this immense universe, which we know so infinitely little about. But still, our emotions can feel so huge inside our chests and minds.
It's almost too funnily bizarre how many contradictions you can have on this small puny little planet we've chosen to live on. Like, for instance, two people wanting to be together, loving each other, but still knowing they can't; they're not-compatible.
Guess life has a plan for all of us, one which, with some luck, we'll be able to understand some day.
Or maybe it's all just random, or, as Tool says, we are eternal, and all this pain is an illusion.
You know what, Bill? We might just be the imagination of ourselves.

Julio 8, 2013.
A.-

Algunas músicas que acompañaron:




Y algo extra:


sábado, 6 de abril de 2013

Del Choque "NoChoque"



Hoy me quemé. Y no de enojo, sino literalmente. Termo, agua hirviendo, mano derecha, dolor. FUCK YEAH. Y me puse a pensar, para variar, ya que ando muy imán a estas cosas que llamamos “accidentes” últimamente: ¿Será hora de cambiar alguna energía? 

Leí que “los accidentes no son accidentales. Como todo lo demás que hay en nuestra vida, nosotros los creamos. No se trata de que nos digamos que queremos tener un accidente, sino de que nuestros modelos mentales pueden atraer hacia nosotros un accidente. Los accidentes son expresiones de cólera (y en particular) las quemaduras son indicios de una cólera que se expresa en el cuerpo. Por más que intentemos suprimirlo, el enojo encontrará maneras de expresarse.” Y yo que me andaba sintiendo ree estable (para aquellos que me/nos han visto tocando, el cover que hacemos de Inés no fue elegido al azar nomás :P). 

Ahora, en mi caso, ¿será que ando alimentando una colerita? Algunas emociones pueden llegar a ser adictivas y “empoderadoras”, creo que no perdemos nada con mirar hacia adentro un poco. 

“Es frecuente que las personas con tendencias espirituales crean que ‘no deberían’ enojarse. Ciertamente todos nos esforzamos por llegar al momento en que ya no culpemos a nadie por nuestros sentimientos; pero mientras no hayamos llegado a ese punto, es más saludable que reconozcamos qué es lo que sentimos en un momento dado”. Totalmente de acuerdo con estas palabras, convencida de que mi espíritu Inés necesitó tener su lugar en mi vida y que ahora mi cuerpo me está diciendo que es hora de seguir adelante con otras cosas, les dejo esta reflexión que me provocó un “accidente” que viví hace 2 días.  

Miércoles 3 abril 2013, 23:00hrs.

Ok.

La cosa es así.
 
Estoy algo shockeada. Shock derivado de una situación estresante, que provocó reflexiones varias, las cuales quiero plasmar por escrito, ya que pueden ayudarme a des-shockearme. ;)

Hace unas… 5 horas experimenté un accidente de tránsito. Entiendo que pueden estar imaginando sangre, vidrios rotos, ruidos fuertes, gente gritando, vociferando, hasta grabando videos con sus IPenes, pero no. Lo lamento, si quieren algo de eso miren Rápido y Furioso, esa con el pelado de Vin Diesel y sus músculos. O miren a las Kardashian en el E!. ÉSTE… fue un choque “NoChoque”. 

Imagen: Ciudad de Montevideo, cada día más atestada de autos, cuyos dueños parecen cada vez menos saber guiarse por las reglas pautadas por las normas de tránsito. Cortina de lluvia repentina torrencial. Día de humedad, pesado, atestado de todo un poco de cosas. Allí estoy yo, en auto con una amiga de facultad, como vivimos cerca, ella me pasa a buscar y vamos juntas a clase algunos días. Ella también está alterada, por cuestiones personales, se encuentra ansiosa, todo y todos parecen estarlo (o yo ando con una lectura de la realidad sesgada, jaja). Circulando por un Bulevar, doble vía, cantero de por medio, allí estábamos nosotras, esperando para hacer la vuelta en “U”, llegando a nuestro destino.

Algo que no comprendo es por qué los conductores se ponen tan ansiosos e inestables dentro de sus autos durante los días de lluvia. Si ya manejaban de forma imprudente, los días de lluvia, cuando más cuidado debería tenerse, parece que todas sus tuercas se soltaran, al revés del pepino. Cada vez me convenzo más que Ma. Elena Walsh tenía razón y sí vivimos en el mundo del revés.

Hete aquí que varios autos pretendían doblar en U hacia diferentes lados, pero todos querían ser los primeros. Resultado: un mejunje de autos todos trancándose unos a otros, sin poder avanzar y trancando el tránsito que circulaba por los lados a su vez. En este mejunje, mi amiga, que se encontraba en una posición comprometedora, trancando cuanto paso había de autos en la vuelta, encuentra un claro en la pasada de vehículos y la aprovecha. Pero… la cortina de lluvia que no dejaba ver bien y el ángulo en que nos encontrábamos complotaron justo, y no le permitieron ver  la moto que venía a altas velocidades (considerando el estado resbaloso de las calles). Yo grito, ella reacciona con reflejos muy oportunos, y a último momento, en cuestión de segundos, atina a apretar el acelerador para evitar el impacto. 

Hubo impacto, sí, pero fue mínimo, la moto dio contra la parte trasera del auto, casi como gurí chico que por poco logra escapar de la palmada de algún adulto, con las nalgas bien apretadas cosa de sentir lo menos posible el chás chás, que igual lo roza y le da, pero sin la intensidad que se pretendía. Bueno, así.

Ambas boquiabiertas, miramos hacia atrás, vemos a la persona de la moto perder el equilibrio, caer, y quedar tirada en el medio del susodicho Bulevar. Mi amiga frena el auto unos metros adelante, y sale hacia el motociclista, vociferando innumerables cosas que expresaban incredulidad sobre lo que acababa de suceder. Algo que nos pasa a todos, ¿no? Esto de repetir: “No puedo creer, no puedo creer”. Cómo si eso fuese a borrar lo sucedido. 

Se acerca ella al motociclista, que resulta ser una mujer, la ayuda a incorporarse, a incorporar la moto, a salir del camino. A todo esto, los autos alrededor estaban simplemente esperando que ese ALGO que estaba en el camino tirado, trancado el paso, saliera, para poder seguir con su marcha. Y así lo hicieron. Recordemos: cortina de lluvia torrencial, ambiente apocalíptico en el tránsito. Apenas un par de peatones protegidos por paraguas pararon a ver de lejos qué onda con todo. 

La motociclista niega rápido toda intención de mi amiga de llamar una ambulancia, de llamar a los seguros de los vehículos, de nada de nada, y más rápido que un parpadeo, ya se estaba subiendo a la moto una vez más, y partiendo, alegando estar bien y no necesitar nada. 

Allí mi amiga vuelve, en estado de incredulidad, pero a su vez, tranquila de que nadie hubiese salido lastimado (¡ni los vehículos!). Termina de estacionar adecuadamente el auto, y caminamos juntas hasta clase. 

En un inicio no caí mucho de lo sucedido, sobre todo porque me concentré en calmar a mi amiga, que parecía estar en un estado extraño de shock donde, no sabía si estar en shock o no, ya que nada realmente grave había pasado.

Pero ahora, con perspectiva, algunas reflexiones cruzan mi mente. Trataré de ordenarlas cronológicamente.

Si mi amiga no hubiese tenido los reflejos de acelerar y evitar el impacto, la moto hubiese impactado DE LLENO en la puerta del asiento acompañante donde iba yo. No sólo la motociclista hubiese volado por los aires, y la moto se hubiese incrustado en mí, sino que no se si yo estaría aquí contando la historia. True Story (jaja tremenda Drama Queen). 

Ahora que pasó el momento, me cayó todo el pseudo-shock, y tengo una repetición vívida en mi mente donde veo clarísimo y en cámara lenta los autos tocando bocina, la lluvia increíblemente torrencial y repentina cayendo, y la moto a menos de dos metros, viniendo embalada hacia mí. 

Son increíbles las cosas que pasan por la cabeza de una en esos momentos. Hasta la persona más centrada, empática y solidaria nunca puede predecir cómo va a reaccionar en situaciones como esas. Allí estaba mi amiga vociferando en negación y diciéndome que suba tranquila a clase, y allí estaba yo, dentro del auto, helada, sin saber qué hacer. Pensando cosas como “por favor que no sea nada grave, ai está tirada en la calle, ai es una mujer la motociclista, ai qué haría mi padre, ah ah ah!”. Todo suena muy melodramático pensándolo hacia atrás.

Por suerte el ai ai me duró segundos, y pude encarar a salir del auto, chequear sorprendida que ni una marca había quedado, y cuando me disponía a acercarme a la escena, donde mi amiga estaba hablando con la motociclista, ésta última ya estaba subida a la moto y arrancando, mientras mi amiga observaba alejarse en la lluvia y tránsito, algo atónita, asumo.

Al acercarnos ambas al edificio de facultad y enterarnos de que iba a haber clase solo durante el período en que durase la luz natural en los salones (o sea, media hora más) ya que había corte eléctrico, provocado seguramente por las intensas lluvias que han estado azotando a la ciudad (y región) este último par de días, ambas fuimos tranquilizándonos mutuamente, ya que “por suerte” (o azar), nada realmente grave había sucedido.

A la vuelta de la clase que casi no tuvimos, recuerdo observar con atención el tránsito, y ver caer la lluvia, ver los autos enajenados pasar, sin respetar turnos, espacios, nadie cediendo, todos queriendo ir primeros, todos queriendo pasar por un mismo trecho angosto a la vez, camiones gigantes de basura, ómnibus, autos y motos en demasía, y recuerdo pensar (y decir en voz alta) con una mezcla de temor (o quizás tan sólo crédula incredulidad), y desprecio en la voz: “esto es una jungla de cemento”. 

Pregunto: ¿dónde vivimos? 

Tomando a la motociclista, pienso: ¿realmente los “accidentes” de tránsito son tan moneda corriente que una persona puede impactar contra un auto, caer, para luego levantarse, chequear que todo esté en orden y en su lugar, volver a subirse y seguir su ruta, como si el suceso hubiese sido un simple contratiempo en la rutina, o peor aún, rutina propiamente dicha? Nunca sabré qué cruzó por su mente.
Lo mismo que los autos que circulaban, no sé qué habrán pensado, pero por sus acciones demostraban el estar interesados en que ese imprevisto en su camino dejase de ser un contratiempo y saliese del camino para ellos poder seguir, y no tanto parar a ayudar y/o reflexionar. Indiferencia, adormecimiento e insensibilidad podría ser lo primero que se nos venga a la cabeza, pero pensándolo un poco más, ¿no será miedo “nomás”?

El contexto, ¡qué locura! La región (Montevideo, Uruguay. La Plata, Argentina, etc.) inundada por las lluvias intensas, que no sólo retrasaron el orden normal de las actividades sino que hasta causaron muertes en algunos casos, cosa que los noticieros se han asegurado en hacernos saber. El estado general de histeria que reina en estos días, se ve concentrado y hecho evidente en determinadas situaciones citadinas como EL TRÁNSTO por las calles. 

La forma cómo se desarrolla el tránsito hoy en día es clara demostración de cómo nos estamos relacionando. Todos siempre queriendo ir primero, no cediendo ante el otro, agarrando cualquier atajo sin importar si está permitido o si puede traer consecuencias negativas para mi u otros. Adelantándonos a otros, cruzándonos por delante sin avisar, puteándonos, tocando bocina, chocando y chocando, hasta que el choque, que debería causar un cierto “tate quieto y reflexioná el porqué de lo que acaba de suceder”, parece estar generando un cierto acostumbramiento, al punto en que es un evento más al que pasarle por al lado. Ninguno nos libramos de alguno de estos escenarios, ni la que les habla. 

Todo esto sin entrar en las significancias que tienen estas actitudes para con la VIDA. 

¿En qué ansiedad y exigencia urbanas estamos metidos? ¿Deberíamos regirnos por sus tiempos o darnos cuenta que la urbanidad, rutina y vida laboral nos han esclavizado y amoldado a sus necesidades de mercado, y no al revés, como debería ser? ¿No sería preferible una vida donde nosotros creásemos los tiempos de acuerdo a nuestras necesidades y capacidades de producir, y no matándonos por producir a un ritmo que no es el nuestro propio? ¿A dónde estamos yendo tan apurados?

SURVIVAL OF THE FITTEST IN THIS CONCRETE JUNGLE? SURVIVAL OF THE MOST WICKED, I WOULD SAY. 

En fin, quizás esta reflexión haya quedado algo lúgubre y derrotista. Pero la intención, aparte de la catarsis que me implica escribir (nada que un buen capítulo de The Walking Dead no me haya sacado, talk about hardGore!), es reflexionar sobre realidades que estamos viviendo que lamentablemente tienen trasfondos negativos, pero que “con suerte”, como nos gusta decir, al reflexionarlas, o permitirnos parar a reflexionarlas,  vemos sus simbologías, vemos qué expresan y qué nos despiertan, para así irlas modificando. 

Quizás si trabajamos un poco más en nuestras formas de relacionarnos, cambiamos la competitividad por la colaboración, la inmediatez por la paciencia, la puteada por la comprensión, la impulsividad por la reflexión, podamos llevarnos y comprendernos mejor unos a otros, y por ende, naturalmente aprendamos a utilizar con más responsabilidad nuestros espacios comunes, como el pedazo de cemento que compartimos día a día, todos los días, para transportarnos de un lado a otro. 

Peace out.
A.-